Para un bebé pequeñito su única manera de comunicación es el llanto, pero podemos mal interpretar sus necesidades.
Siempre que llora es un error pensar que tiene hambre, el bebé puede llorar porque tiene hambre, pero también si tiene frío, calor, si una etiqueta de la ropa le molesta, si el pañal está muy apretado o sucio o si tiene popo o un gas atorado.
Si le damos de comer de más puede tener más eventos de vomito o cólico. Por lo tanto, llorar más.
¿Qué hacer si ya comió y quedó satisfecho, pero sigue llorando?
- Primero intenta sacarle un aire eructando.
- Estimula el ano para que pueda evacuar.
- Si no funciona y sigue llorando hay que desvestirlo completamente y revisar el pañal (que no esté sucio o mojado o apretado) o ver si la ropa lo incomoda. Tal vez tiene calor y al quitarle algo de ropa deja de llorar.
- Si sigue llorando y ya llegaste a este punto debes de tomarle la temperatura, la mejor manera es rectal, es más exacta a esta edad. Si tiene 38 grados tienen fiebre y tienes que comunicarte con el pediatra.
Por otro lado, tienes que poner atención a los ruidos que hace tu bebé para entender que necesita. Por ejemplo:
- Si hace ruidos cortos y repetidos (cómo borreguito) puede ser hambre.
- Si llora intenso y con voz aguda puede significar dolor o incomodidad intensa.
- Si llora y se arquea para atrás y hace un sonido como chiflido agudo puede tener un eructo atorado. Hay que levantarlo y darle golpecitos en la espalda.
- Si llora, puja y se pone en posición fetal puede tener cólico.
Pero lo más importante es que mantengas la calma, que respires y te relajes. Tu bebé te percibe y si estás estresada él tampoco puede relajarse. Es por esto que un paseo en carriola los puede relajar a los dos y ayudarle al bebé para que deje de llorar.
Espero estos consejos te ayuden y recuerda que lo más importante es que disfrutes a tu hij@.
